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sábado, 30 de marzo de 2013

Estirpe Baska



Don martin amas

 Irun (11-01-1863) - Las Heras (16-01-1927)


Nacido el 11 de Enero de 1863 en Irun (Gipuzkoa), vino el señor Martín Amas, con sus señores padres, a los 2 años de edad. Sus padres don Francisco Amas y doña Martina Arbeley (ambos Baskos), quienes habían tenido otro hijo, a los pocos años de encontrarse en esta, mandaron a su hijo Martin a que adquiriese conocimientos educativos, y así fue como nuestro biografiado cursó sus estudios elementales y comerciales. Pasó algún tiempo cuando, aún chico, empezó a trabajar con sus señores padres en las tareas de tambo en Merlo, estando en ese punto y dedicado a tales faenas hasta la edad de 20 años.
Su gran espíritu de lucha, su invariable condición de forjador de progresos, lo indujeron a proseguir cada vez con más energías en la sana empresa que constituía la lucha diaria; fue uno de esos hombres dedicados y voluntariosos para cualquier clase de trabajos  por difíciles que fuera, y esa condición se arraigó tanto en él, que ante los numerosos ejemplos de los trabajadores que en una u otra manifestación dejaban al descubierto el monumento de sus esfuerzos pacientes, más vigorizaba su temple el hombre resuelto, ganando trecho a trecho la senda codiciada.
Es grande el malestar de la sociedad el día que los hijos de los aldeanos empiezan a perder la afición a los campos, en que los marinos abandonan el mar, en que las hijas de los obreros en la esperanza de ser tomadas como rentistas, prefieren ir solas por la calle a ir del brazo de sus buenos padres, pero mejor, y con la mira de elevarse, se contentan primero con las funciones más modestas cumpliéndolas a conciencia.
Tal cumplimiento lo llevó a cabo el señor Amas, trabajando con verdadero ahínco y sin vanidad ninguna, ya que sabía que el trabajo es una necesidad debe ser tanto para los ricos como para los pobres, puesto que es una ley irreductible de la vida. Sin el trabajo mueren las fuerzas, los organismos y el cerebro permanece como embotado ante la inacción, que no es otra cosa que una condena de muerte que va cumpliendo su cometido lenta y diariamente. El trabajo como virtud debe elevarse en todos los hogares, es la más grande virtud que puede cuanto que para el país que el hombre deja hasta la esperanza para llevar a fin honroso nuestro bienestar, última gota de su sudor, para engrandecerla, para enriquecerla.
Por eso don Martín pasó de Merlo a Marcos Paz donde trabajó con tambo por su cuenta, permaneció 5 años, trasladándose de ahí al partido de Lobos, para seguir en los mismos trabajos, quedándose en ese punto unos 5 años.
Finalmente se radicó en el partido de Las Heras en donde en 1904 construyó el almacén de Ramos Generales “Los Vascos” donde los vecinos de la zona hacían sus compras y se reunían para jugar a la pelota vasca (Junto con sus nietos varones ya de grande, atendía el almacén y la carnicería) y en el año 1907 fundó “La Margarita”, que se ubicaba en el cuartel 1° de Las Heras, se componía de 13 cuadras, subdivididas en 3 potreros, siendo los pastos refinados y alfalfados. Contaba con una población de 600 vacas Duram, que producía 1.600 litros de leche, que se recogía diariamente.
Vivía así, rodeado del afecto de sus hijos: Catalina (1889), Martín (1890), Cecilio Juan (1891),  Luís Marcos (1893), Margarita (1894), María Victoria (1895), Luisa (1897), Martín (1898), Clara Marcelina (1900), Martina Angela (1901), Fermina (1902), Marcelino Ignacio (1904), Isabel Silvia (1905), Rosa Esther (1910), Francisco César (1912), y Lilia Margarita (1914) y un último hijo que falleció al nacer junto a su madre a los 47 año el 19 de noviembre de 1919. Todos ellos buenos hijos, obedientes y educados, los que siguen la vida ejemplar de su padre, cuya compañera inolvidable, que fue su señora esposa doña Margarita Quillehingue, falleció en 1920. Se habían casado en Lobos el 7 de Abril de 1888, a los 25 años de Martín y tan sólo 16 de Margarita.
A parte de ser un hombre dedicado a tareas tan continuas, el señor Martín Amas educó con esmero a sus hijos, pues ya se sabe que por lo mismo que el niño es el porvenir, hay que unirle al pasado por la prosperidad. Debemos revestirle la tradición en las formas más prácticas y susceptibles de originar una impresión grande. De aquí el lugar excepcional que debe tener en una educación y en una casa los antepasados, el culto del recuerdo y por extensión la historia del hogar doméstico.
Cumplimos principalmente un deber para con nuestros hijos cuando en todo cedemos el puesto principal a los abuelos, nada habla tan enérgicamente a un hijo, ni desarrolla más en él los sentimientos de modestia, que ver a su padre, observar en todo momento o con el viejo abuelo, una actitud respetuosa. Para que tenga toda su fuerza, es necesario que en la casa reine un acuerdo tácito entre las personas mayores, a los ojos del hijo, todos son solidarios, están obligados a respetarse, so pena de comprometer la autoridad educadora.
Si la sencillez del corazón es condición esencial del respeto, la sencillez en la vida es su mejor escuela.
Eduquemos, por tanto, a nuestros hijos sencillamente. Hagamos de ellos hombres independientes y sólidos con los que se pueda contar que no se venderán por un poco de bienestar, y que sin embargo tendrán más que nadie la probabilidad de ser dichosos. Cuando en la Marcha Laboriosa como la del señor Martín Amas, nuestro corazón comience a latir, rindamos a la esperanza nuestro mejor homenaje. Los hombres que como él, logran, tras de múltiples afanes, formar una posición sólida, merced a su capacidad, merecen el respeto y la admiración pública.
Martín Amas sobrevivió a su esposa 8 años y falleció el 16 de enero de 1927 de cáncer. El boliche “Los Vascos” pasó a manos de su hijo Marcelino Ignacio y “La Margarita” a manos de su otro hijo Luis Marcos. Hoy es propiedad de su nieto, Luis José Amas.




Centro Basko - Zazpirak Bat 

General las Heras

Buenos Aires - Argentina


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